La semana laboral de 4 días es un gran éxito en Islandia

En Islandia, se hizo una prueba de una semana laboral de 35 horas, entre 2.500 trabajadores, ha demostrado que el horario tradicional puede no ser realmente la forma de trabajo más productiva, en un informe realizado por el grupo de expertos Autonomy, y la Asociación para la Sostenibilidad y la Democracia, encontró que los marcadores negativos como el agotamiento, el estrés, las horas extras necesarias y la desconexión con amigos y familiares disminuyeron, como era de esperar, la productividad se mantuvo, en el peor de los casos, sin cambios y, a menudo, mejoró en aquellos que trabajaban menos horas.

“Este estudio muestra que la prueba más grande del mundo de una semana laboral más corta en el sector público fue, en todos los sentidos, un éxito abrumador”, dijo Will Stronge, director de Autonomía. “Demuestra que el sector público está listo para ser pionero en semanas laborales más cortas, y se pueden aprender lecciones para otros gobiernos”.

Los islandeses, a diferencia de sus vecinos escandinavos, tienden a trabajar más a pesar de que el siglo XXI se ha categorizado en esa parte del mundo con un aumento de la productividad junto con una disminución de las horas de trabajo.

La teoría principal es que el “agotamiento” merma la capacidad de los trabajadores para ser productivos. La falta de producción requerirá ocasionalmente horas extras, especialmente por parte de los gerentes, aumentando aún más el agotamiento y disminuyendo la productividad. En aquellos que no pueden permitirse el lujo de ser menos productivos, como las enfermeras, por ejemplo, el agotamiento simplemente resulta en resultados negativos para la salud.

Desde hace muchos años, los humanos han estado buscando cómo hacer más con menos. La semana laboral de nueve horas y cinco días fue pionera en una época con asistencia tecnológica limitada en comparación con lo que está disponible ahora. Almacenamiento en la nube, uso compartido de archivos, comunicación instantánea, Internet : todo esto ha reducido la cantidad de tiempo que lleva completar las tareas en el lugar de trabajo.

Sin embargo, la humanidad no ha pasado de los días en que escribir significaba usar una máquina de escribir y uno tenía que estar sentado al lado del teléfono para contestar. Hace mucho que estamos atrasados ​​por una semana laboral de 35 horas, ya que la tecnología compensa con creces esas cinco horas perdidas. En otros 20 años, cuando el aprendizaje automático y las interfaces de biotecnología se vuelvan más comunes, probablemente podamos hacer lo mismo en una semana laboral de 30 horas.

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